Los que piensan: Una sola copa no me haría daño ... están preparando, están organizando su recaída. Porque una de dos: o una sola copa no nos hace de veras nada, y entonces ¿para
qué beberla?; o una sola copa es suficiente para engendrar en nosotros un estado de euforia, y entonces ¿para qué beberla si sabemos que somos alérgicos a una euforia que nos arranca de nosotros mismos y nos convierte en "otro"? Añado: tantos discursos por una sola copa que "no nos hará nada" ...¿no es como imaginarse unos ladrones haciendo planes para robar de un vigiladísimo banco un billete de cinco dólares?
Carlo Coccioli
Hombres en Fuga
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