Un miembro de A.A. nunca hace la promesa de que no volverá a tomar en lo que le resta de vida. No sabe si beberá mañana, pero si puede abstenerse de tomar las veinticuatro horas del día de hoy. Por una parte, el día de ayer ya pasó; por la otra, nadie sabe lo que sucederá mañana. En consecuencia lo que está en sus manos es tratar de no beber las veinticuatro horas del día de hoy. Estas veinticuatro horas llegan a sumar días, semanas, meses, años ...!toda una vida!
Carlo Coccioli: Hombres en Fuga
La gran aventura de los A.A.
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